viernes, 4 de noviembre de 2011

Los mercados y la democracia que nunca existió


Un maremoto recorre y azota Europa, política y económicamente hablando, desde que hace unos días el primer ministro griego, Yorgos Papandreu, anunciase la convocatoria de un referéndum popular para que el pueblo griego decidiese si quería o no ser "rescatado" por la Unión Europea, en otras palabras, si querían que el BCE y el FMI inyectasen dinero a los bancos griegos para salvarlos de la quiebra. Y todos sabemos que estos "rescates" no son gratuitos, que es un dinero prestado y que se tiene que devolver con intereses, pero se da el injusto, irracional e incomprensible hecho de que no es la propia banca la que devuelve el dinero que le es prestado, sino que esa deuda se socializa entre el conjunto de los ciudadanos, que son los que acaban pagándola a base de recortes, de drásticas bajadas de sueldos, de despidos masivos, de subidas de impuestos y de privatizaciones de servicios públicos.

Desde la aprobación del primer rescate, que trajo consigo la brutal avalancha de recortes sociales en Grecia, el malestar social subió como la espuma, la calidad de vida cayó en picado y las primeras manifestaciones contra el poder político corrupto y contra las exigencias de la élite financiera europea no se hicieron esperar.
En el presente año, la situación económica de Grecia ha ido empeorando segundo a segundo, se han ido liquidando derechos y servicios básicos en pos de "contener el déficit", hasta el punto de que la situación se ha hecho tan insostenible que muchos en Grecia abogan por la salida del euro y volver a su moneda nacional, lo cual es comprensible porque con las actuales exigencias de la Unión Europea y el empeño del BCE en no devaluar la moneda, Grecia no sólo no puede, ni podrá, hacer frente a su deuda, sino que además es incapaz de reactivar su economía, y como consecuencia, de mejorar un ápice el descontento social.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Operación 20 de Noviembre



Anonymous ya ha puesto en marcha la campaña destinada a azotar al sistema bipartidista en España, en un nuevo órdago que pretende llegar a los que sufren los abusos y los excesos de esa élites políticas y financieras que rigen nuestras vidas: los ciudadanos, los trabajadores precarios, los que tienen un empleo temporal, los mal pagados, los parados, los ahogados por las hipotecas, los estudiantes a los que están robando su futuro, los emprendedores a los que cortan las alas, los que con 30 años aún no pueden emanciparse, los que no tienen un techo bajo el que dormir porque fueron deshauciados, los que tienen que mendigar para poder vivir y dar de comer a sus hijos.

martes, 1 de noviembre de 2011

Lo llaman democracia y ni se le parece

Ante el clima de tensión y descontento general cada vez más notorio entre el grueso de la sociedad española en el contexto actual de crisis capitalista que ya se extiende por 3 años en el tiempo (y lo que aún le queda), se ha visto cómo un partido que era reelegido en la última legislatura se ha visto empujado a adelantar las elecciones generales, cómo han empezado a surgir movimientos de ciudadanos descontentos e indignados con esta farsa que nos han vendido como "Estado del Bienestar", cómo las huelgas y las manifestaciones contra el poder político empiezan a hacerse cada vez más frecuentes, y cómo partidos más minoritarios y "radicales" han empezado a ganar simpatía entre la ciudadanía.

En el mismo contexto hemos podido comprobar cómo en otros países de Europa, la crisis no sólo se ha llevado por delante a cuanto gobierno se encontraba a su paso sino que además ha permitido la entrada a los diversos parlamentos a representantes de partidos hasta ahora inéditos y que incluso en algunos casos podrían ser considerados como "subversivos" por la élite dominante, como es por ejemplo el caso del Partido Pirata en Suecia. En otros casos, como el de Letonia, el cambio ha sido tan radical que el pueblo ha votado para que los comunistas vuelvan al gobierno tras 20 años de capitalismo y especulación bancaria desde la disolución de la Unión Soviética, incluso tratándose de un sistema parlamentario basado en el modelo occidental.